Doctrina según la cual la libertad individual constituye el principio máximo y la meta ineludible de la vida social, resultando automáticamente el orden de su respeto.
Si se tratara de aplicarla, la doctrina liberal conduciría al caos integral, con el único imperio de la ley de la selva. Pues la Comunidad no es una suma de individuos y el orden no puede evidentemente surgir de antagonismos no superados. Pero lo que caracteriza al liberalismo es que sus apologistas, una vez en el poder, no han intentado en ninguna parte respetar sus propias teorías. Por el contrario, nunca han vacilado en emplear la violencia en nombre de “totalitarismo de la libertas”, fórmula ésta que involucra una evidente contradicción en los términos. En realidad el liberalismo no ha sido nunca otra cosa que el disfraz ideológico utilizado por la burguesía para conquistar y conservar el Estado. Instrumento necesario para su poderío, el principio de la libertad política, inaplicable e inaplicado, justifica aparentemente la libertad económica mediante la cual la burguesía puede transformar a los productores en subesclavos, enriquecerse a costa del trabajo de los demás y, con su riqueza, garantizar su predominio social. En el campo económico la Libertad es asegurada por igual a todos: “el zorro libre, en el gallinero libre”, según la expresiva imagen de Julio Guesde. Y otra vez la fuerza interviene si los explotados tratan de defenderse mediante la asociación. Del Diccionario de Ciencia Política. J. de Mahieu
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